martes, 6 de enero de 2015

Regalo de Reyes


No dejaba de repetir que cuántos regalos, que si todos eran para ella, que si nos habíamos equivocado y los contaba, varias veces, uno, dos, tres, cuatro...; uno, dos, tres, cuatro ...; uno, dos, tres ...

Nos encaprichamos en empaquetar (debería decir entazar) nuestro cariño la noche de Reyes y demostrarle de esa manera la querencia  y, acordamos regalarle cada uno un presente para igualar montones. Estas fueron las sorpresas: tazas para el té y más tazas, cucharillas y más cucharillas para el té, bandeja para el té, jarra para el té, un jersey y por fin, el té. Buena intención si había,  pero nos faltó logística y comunicación.

En mi familia son  generosos, desprendidos, dispuestos; ayer le tocó a mi hermana Carmen recibir nuestros besos envueltos en papel del Corte Inglés, pero para ser justos otro día deberán ser para Jesús, otro a Maribel, otro a mis padres, otro a María... y así uno, dos, tres, cuatro...



p.d. Pero si fueran buenos de verdad, a mediodía, me dejarían una pata de cochinillo.