jueves, 7 de marzo de 2019



Pronosticaron abundante lluvia para  ayer, Miércoles de Ceniza, un telón de la naturaleza para cerrar los carnavales.  Pero solamente llegó un chispeo pintado y seco; las nubes enfurruñaban el cielo por entero sin soltar.
Hoy al amanecer el viento blandía hojas y ramas; algunas flores rosas del pruno destacan en el césped del Parque Lineal.  Allí cojo el coche y salgo.

En la radio una batería de noticias breves: algo sobre el comienzo de la  cuaresma; acto seguido hablan del feminismo con la celebración del ocho de marzo; del procés - claro- y otras. Me viene a la cabeza que el color litúrgico, en estas fechas, coincide con el del feminismo, ¡ qué cosas! Opto por apagar la radio mirar al campo y ver por el rabillo del ojo como se van blanqueando los almendros.

Y el día pasa por completo entre papeles y palabras y vuelvo exactamente al mismo lugar casi doce horas después. Y el viento blando ha medrado en vendaval. Los árboles se inclinan resistiéndose, las hojas se baten y observo que no han caído más flores rosas sobre la hierba.

cuaresma,
la ventisca no arranca
las flores del pruno