domingo, 3 de julio de 2022

Boda de Tomás y Cristi


Cuando nació Cristina la casa se llenó de más luz y alegría, toda la familia pendiente de ella.

 De pequeña, era más una muñeca de ojos azules a la que paseaba orgullosa junto a mis amigas adolescentes que una hermana, pero a pesar de nuestra diferencia de edad (que tampoco es tanta), siempre hemos tenido mucha complicidad.

 La he visto crecer, madurar, estudiar, luchar para encontrar su trabajo y enamorarse de Tomás.

Y con él, la veo feliz, segura, estable, alegre. Solamente por ese motivo podría querer a Tomás, pero es que, Tomás posee muchas cualidades por sí solo que lo hacen especial: es cariñoso, generoso, familiar, ..., esencialmente bueno.

A lo largo de estos años los he visto enfrentarse a momentos muy complicados, de incertidumbre, a grandes ausencias y también, como no, a saborear los momentos felices con los ojos iluminados y brillantes de dos personas se quieren mucho.

Cristina pisa la vida con una sonrisa azul y un donosti lento, Tomás es de sonrisa meticulosa y mahou verde y así, con sus dos maneras de afrontar la felicidad, viven o se desviven según se preste el camino.

Ellos son de debatir cada paso a dar y el tono áspero de la pintura, pero luego alguien cede (posiblemente Tomás ) y caminan juntos, muy juntos, cogidos de la mano con el mismo destino.

Son una pareja que comparte cruceros y playas con innumerables amigos, que acogen cuñados perdidos y que cuida a la familia.

La vida les puso en un abismo de falta de aire y ausencia, y cada uno ha tenido en el otro una estrella guía para seguir andando.

Pero eso ya pasó, algún tatuaje queda en los pulmones, al igual que los antiguos marineros cuando cruzaban el cabo de Hornos.

 Cuando juntan sus vidas, Tomás y Cristi, pasean con una misma sonrisa meticulosamente azul, pero ella con su donosti lento y él con su mahou verde.


a dos de julio

dos maneras de sonreír 

y un camino




Cristi, Tomás, que seáis muy felices. Os queremos mucho.


No hay comentarios:

Publicar un comentario