lunes, 2 de diciembre de 2013

domingo, 1 de diciembre de 2013



Domingo por la mañana, empieza diciembre con menos tres grados,  madrugo sin obligación ni devoción, si me atempero saldré a buscar algún camino de invierno, a oír crujir los huesos del frío bajo los pies con el oído izquierdo, con el otro,  la radio. "No es un día cualquiera" es un programa en el que se escuchan palabras de ciencia y divertidos juegos de más palabras. Por error sintonizo otra emisora en el que entrevistan a Charles, un francés que vive en Madrid y se gana los días tocando la guitarra con un grupo de música de calle, al rastro irá en un rato. Cuenta que es ingeniero industrial y que, cuando trabajaba en ello, cada día al volver a su casa le daba la sensación de haberlo perdido. Ahora también da clase de francés y guía por la ciudad a franceses sin brújula cuando salen del Museo del Prado.
Tomo otro sorbo del cortado y me arremeto las faldas de la mesa camilla para atrapar todo el calor del brasero eléctrico.
 Su elección me hace pensar... y me recuerda una película que vi, con uno ojo tapado como un pirata, sobre Rimbaud y Verlaine, "Vidas al límite", poetas que se apasionaron por la vida y por buscar las claves en los versos, en las mismas metáforas. La búsqueda le duró treinta y siete años al primero y cincuenta y uno a Verlaine.

Charles tiene treinta y uno y parece que quiere vivir.

en la ventana
comienzo diciembre,
café y radio.