miércoles, 28 de febrero de 2024

Ruta: Chinchilla de Montearagón. Inteligencia artificial.

 

Cuatro almas aventureras, desafiando el viento, emprendieron un viaje de 8 km por los senderos de Chinchilla de Montearagón.

Con el sol como cómplice, partieron tarde, buscando su calor. El viento, caprichoso, solo daba tregua en el abrazo protector de los árboles. Gracia a la quía de Wikiloc, descubrieron rutas que les revelaron los secretos de la tierra manchega.

La jornada se aderezó con sabores autóctonos: gazpachos que reconfortaban y leche frita que endulzaba el paladar.

Al final, el chorizo y la guarrilla, sobrantes del festín, encontraron refugio en un táper, promesa de futuras aventuras.

Viento susurra,

pinos pequeños bailan,

sierra en calma.


Es una prueba de redacción por inteligencia artificial gratuita. Todo, incluso el haiku. Lo único mío es la fotografía.

 


miércoles, 21 de febrero de 2024

Villalgordo del Júcar - Hoz del Batanejo

 Nueva ruta. La hemos buscado por varias páginas y nos decidimos por una que encontramos en Wikiloc y que se ajusta a nuestras carencias: entre moderada y fácil, cerca de Albacete, máximo 15 km y circular.

Una vez que llegamos al punto de partida en la avenida Príncipe de España de Villalgordo, iniciamos la andada y encontramos con facilidad el camino que debemos seguir; observamos que coincide con una ruta marcada, en cada bifurcación, con hitos con el número 11, por lo que dejamos en el bolsillo el móvil con las indicaciones para centrarnos en los pasos.

Los almendros florecidos los vimos por otros parajes ya hace algunas semanas, hoy notamos al pasar a su lado, un aroma intenso a miel. No en vano su nombre es prunus dulcis.

A la izquierda de nuestra senda, la ribera del Júcar transcurre marcada por olmos deshojados y cañas. A la derecha algunas viñas en espera del envero y el trajín del próximo otoño.

Nos cruzamos con un coche conducido por un señor que rondará los 80 años y, con una sonrisa almorzada y sin prisa, nos pregunta por Olivares del Júcar. 

Seguimos la marcha hasta encontrar el Salto del Batanejo, en el que se puede oír con claridad el tronar del agua en su salto. No logramos ver su origen, una valla y cañas dificultan mirar. 

Alcanzamos la Hoz del Batanejo, una quebrada que nos enseña el Júcar verdino desde lo alto y un valle en un plano cenital.



A la derecha contemplamos tramos de monte bajo con pinos y carrascas. Tomamos un puente sobre un cauce seco y después de un par de giros en el camino y comentar lo bien señalizado que se encuentra el recorrido, en un desvío con ramificaciones, no sabemos por dónde ir. Estamos junto al Puente de las ovejas y discutimos, sin sangre, si dirigirnos al norte, sur o este. 

Vienen unas paisanas rodenses por otro desvío y nos orientan. Justo en dirección contraria de lo que opinábamos tres de los cuatro (¡bien por Llanos!).

Ya encarrilados, solo nos resta rebasar un pequeño ascenso de piedras hasta contemplar el salto del río que provocaba el ruido líquido en la otra orilla.


El resto del sendero vamos a una buena marcha de un kilómetro cada diez minutos (¡bien por Oti!) hasta alcanzar la Taberna de Pepe "el gorrión" y reponer fuerzas con torreznos y cerveza muy fría.

Después de comer quisimos visitar el Museo de los Envases, pero no pudo ser.



tras el ramaje

de los olmos deshojados,

palacio en ruinas






miércoles, 14 de febrero de 2024

Jaén, ciudad de luz

 

Allí estuve por primera vez en agosto de mil novecientos ochenta y cinco, destinado en la TGSS durante cuatro meses. Hoy no encuentro los recuerdos: ni compañeros, ni la venta, ni la cueva del gitano, ni el jamón asado, ni los ojos del espíritu.

Este fin de semana nos alojamos en la parte antigua de calles estrechas - hasta para peatones - cerca de la travesía "Juanito el practicante". Desde la casa celeste se oía como bajaba el fuerte viento del castillo de santa Catalina y se repartía por la ciudad, junto con la lluvia olivarera.

Varias tabernas como  La Manchega, La Barra, El gorrión... fundadas algo más tarde de 1800, se reparten por rincones que huelen a migas con avíos y padrenuestros con aceite.

Desde allí se llega a la catedral de la Asunción, diseñada por el albaceteño Andrés de Vandelvira. Un monumento que se recorre con asombro, tanto por la propia arquitectura como por las obras que la decoran: un singular tenebrario circular, bajo relieves de pasión o de la última cena, casullas con variados colores litúrgicos o el Santo Rostro.

Placetas, pequeños naranjos, Baños árabes, museos, fuentes y leyendas del lagarto de Jaén o del Caño Quebrado completan una ciudad de luz.


lluvia lenta,

tapas y cervezas

llenan la barra

martes, 6 de febrero de 2024

Prospe


Cuando la conocí, el alzhéimer empezaba a debutar en el alma inteligente de Prospe y, ya sabemos, es una enfermedad que va borrando verbos, nombres propios y coplas.

Llamaba la atención a quienes pasaban cerca de ella cuando entonaba "por el camino verde", "amapola" o "me ha pretendido un maleta".  Esta última era mi preferida, porque la interpretaba modulando la voz, cantando sin prisa, dejando que la melodía sonriera.


El último olvido fue el tarareo antiguo; nunca perdió la expresión de dulzura.

 El día de reyes dejó bajo el árbol, sin envolver, su recuerdo y su bondad. 


amapola,

los últimos pétalos

caen en navidad


domingo, 4 de febrero de 2024

Ruta de árboles singulares por Higueruela.

 La organizó la Diputación este 27 de enero de 2024; distancia aproximada de 17km.; salida a la 9 h del Jardín Municipal; dificultad moderada; 50 participantes y 5 h. de duración.


La salida es puntual, un guía de la zona.  nos conducirá por todo el recorrido,

Enseguida dejamos el pueblo y cogemos un camino que nos lleva a un antiguo lavadero políglota con ínsulas y pretensiones internacionales a pesar de su origen humilde y su actual sequedad.



Caminar con tanta gente es una novedad. Hay que adaptarse al paso y el silencio es siempre un rumor.

 Si me paro para fotografiar enseguida puedo ser el último, o casi. Pero está todo pensado y hay un fotógrafo que cuelga fotos en la página de la Diputación y completa y mejora las mías. Posiblemente sea el que más anda de todos porque igual va por detrás que al lado. Él enseguida se desprendió de chaqueta y se queda en manga corta.

La temperatura es cálida para enero y muy buena para andar, después del fotógrafo otros senderistas se van desprendiendo de ropas de abrigo y las meten en la mochila.
Llegaba con la idea de memorizar la ruta para realizarla en otra ocasión a mi manera, pero enseguida soy consciente de que no voy a poder, dejamos pronto los caminos marcados y entramos por el medio de pinares sin indicaciones ni referencias, salvo el guía.



La naturaleza nos ofrece, entre su belleza viva, algunas anécdotas; como un pino partido por un rayo; un cuerpo, de piel y huesos, de un muflón dónde resaltan los cuernos; troncos caídos en medio de nuestra senda imaginada; arroyos escondidos donde se siente la humedad crecida en las hierbas y en el lodo pisado; y las molinetas (aerogeneradores) que provocan su propio murmullo inquieto.





Entre todas las jaras, coscojas, matorrales y encinas queda en el recuerdo los árboles bautizados como la "Carrasca del Rincón del Edén" o "La Señorita", una encina centenaria que se deja abrazar.





alrededor de la carrasca,
para abarcar su porte
un corro



miércoles, 31 de enero de 2024

Ruta: Valdeganga - Charco azul

 Nos ha dado por andar y puede pasar cualquier cosa, tal vez no dejemos un sendero por pisar.

Salimos de la Plaza Mayor de Valdeganga, en una esquina vemos un bar con ciclistas almorzando; es un poco temprano para tomar fuerzas y más aún para reponer, pero ahí están.

Bajamos por la calle Cuesta del Río, que sabemos que es fácil que nos lleve donde queremos. Buscamos una ruta circular bordeando el Júcar. 
Cruzamos el río por un puente y llegamos a la carretera. Allí surge la primera duda y vamos y volvemos, como un perro con dos amos, hasta que nos decidimos y, con algo de suerte, acertamos.

Vamos solos, los cuatro, aunque hablemos, el silencio forma parte del paisaje; a la izquierda sabemos que discurre el río, se ven terrazas y esbozos de huertas y a la derecha una pared jaleada de piedras, hierbas duras y alguna cueva en la que anidan historias y aves.

Calculamos que la ruta se prolongará unos 11 km. No se puede narrar cada paso ni cada mirada.

A lo lejos oímos unos constantes ladridos de varios perros. Aún no sabemos de dónde vienen, pero nos acercamos a ellos y no cesan en ese aullar que suena a lágrima. Es algo inquietante aunque no infunde miedo, vamos con la mirada alargada y previsora. 

Llegamos al ruido y vemos que se encuentran en una finca, a la izquierda de nuestro caminar, especulamos con la reunión canina, la teoría que consensuamos es que es una escuela de adoctrinamiento perruno.

Nos cruza algún ciclista silencioso y llegamos al puente donde iniciamos el regreso.

Mientras cruzamos, una estampida de quads estridentes y rápidos estropean el horizonte y el aire.

Los olvidamos cuando atravesamos el puente.

Buscamos el Charco azul. 

En un breve recodo, el río juega a remansarse, saltar y agitarse. Admiramos el juego y los tonos del agua.

El río se asoma a la derecha y a nuestra izquierda abundan los pinos y las sombras. 

Llegamos al pueblo subiendo por una cuesta empinada que conserva una réplica de una estela romana de Cornelio Firmo.

Otra subida más y buscamos las sillas que ha dejado vacías los ciclistas.









hierba de mendigo,
junto a la senda
sin rumor del río


lunes, 15 de enero de 2024

Ruta - Cueva de los Ángeles - Los Cárceles

Este domingo lo gastamos en una escapada a Villamalea para caminar y conocer parajes de nuestra provincia que se encuentran suficientemente cerca para nunca ir.

Hoy sí.

A pesar de consultar la ruta que queremos recorrer en distintas aplicaciones y páginas, solamente gracias a las respuestas amables de gente que nos cruzamos llegamos bien al destino.

La Cueva de los Ángeles, se encontraba al lado, debajo para ser más exactos, la podríamos haber olido de estar atentos, pero nos alejamos un kilómetro y unos pasos, hasta que nos la indicaron y regresamos.

En la bajada encontramos una guía y su hijo para pisar peldaños carcomidos y reptar bajo un árbol caído.

El paraje es pequeño y reposado. Nos pasó igual que cuando lees un libro y disfrutas con el final; ha merecido la pena.

En un día atemperado, el lugar es húmedo, con musgo y una pequeña cascada. "Gotas de sol" se quedan posadas sobre el pequeño estanque.

De allí nos fuimos a Los Cárceles, una aldea situada en el cornero de la provincia que linda con Valencia y Cuenca, en el parque natural del las Hoces del Cabriel.

Es un lugar remansado, diseñado para esconderse o para respirar.
Rodeado de agua y maleza, un puente sin conclusión recuerda el camino y la historia fallida de la línea de ferrocarril Baeza-Utiel. 
En él hay varias pintadas infantilmente soeces y otra que, armónicamente, lo llevan a otro mundo más bullicioso.


hoces del Cabriel,
en el puente abandonado
pintadas de ciudad



Pd. "gotas de sol" tomado del haiku de Susana Benet

Apenas quedan
unas gotas de sol
sobre las ramas