Oporto es una ciudad dibujada con encanto y con calles empinadas.
Subir entre dos resulta más sencillo y agradable, aunque no sea necesario.Al mirar esta fotografía veo que hemos coincidido en modelo de sombrero y hasta camisas; ropa y caracteres parecen similares.
Pero su camisa es lisa y más oscura, la mía a rayas; él tiene azogue, yo, por lo común, tranquilo; sus pantalones son modernos y rasgados, los míos grandes y clásicos; él toma gin tonic, yo whisky; los sombreros sí que son iguales, blancos, como nuestros equipos; él calza pikolinos de oferta, yo zapatillas rebajadas; nos reímos de las mismas tontunas y si hay que bailar se baila.
No me extraña verme esta fotografía, abrazado a gusto con mi amigo Juan.
noche de Oporto,
en el recuerdo
dos sombreros y un abrazo
Para Juan, con cariño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario