viernes, 15 de noviembre de 2024

Haibun de la navaja


El sol pendulaba entre nubes grises iluminando, a ratos, parcelas del paraje: un suave centelleo llama mi atención.

 La senda donde reposa la luz se encuentra equidistante entre un campo de fútbol y  una casa con pintadas abandonadas. 

 ¿Cuál es la historia de un tenedor partido y un cuchillo doblado a la orilla del camino?

 Tal vez sea la consecuencia de alguna merienda que se programó con desazón y despedida; tal vez la transformación de un momento, del sosiego previsto a la furia; tal vez la dejadez del azar y la fuerza del viento; tal vez...

Una hilera de pequeñas hormigas, en constante ida y vuelta, marca el abandono de los cubiertos y los restos milimétricos de comida. Recorren el filo aserrado con agilidad de funambulista y desdén; se entretienen en el lomo de la hoja y regresan pasando por la virola y el mango hasta engancharse a un tallo tronchado que roza con el remache. Solo les resta tomar, en fila ordenada, regreso a su hormiguero.

El cuchillo conserva la estética de los jarrones rotos, de los objetos con cicatriz. Existe armonía en la imagen: tenedor, cuchillo, hormigas y pequeñas flores amarillas en la ribera del camino.

En ocasiones la naturaleza integra los arañazos y los abandonos en un paisaje; como si tuviera un alma misericorde.


nubes rotas,           

reluce en  la ribera  

la hoja del cuchillo


(Este escrito ha tenido la fortuna de recibir una mención especial en el 7º Concurso internacional de haibun "Albacete, ciudad de la cuchillería.)





sábado, 9 de noviembre de 2024

DANA de octubre



Las calles repletas de esqueletos de coches, uno encima de otro y otro, apilando la huida. El desastre de un intento vano de escapar a la naturaleza espontánea del río. Llegó el torrente donde no hubo lluvia, un golpe sin puño o un puño sin brazo, solo sintiendo sin entender,  un momento amarronado y fluido. 

¿Dónde está la luz del agua?

Las calles repletas de cadáveres de madera y lana. Ahí van, lo que fue la silla del comedor, la manta que cubre las piernas, el colchón de las pesadillas ... Todo sobre la tierra líquida y coloidal.

¿Dónde caen la sombras de los árboles?

Las calles nocturnas, afantasmadas con ausencias perpetuas y sollozos ahogados. 

¿Dónde se esconde la despedida?


calles desoladas, 

barren las escobas

la tormenta de octubre




viernes, 1 de noviembre de 2024

Día de todos los santos




 Hay calles que las recuerdo de crío y pasas hoy, solo 50 años después, y son las mismas porque no has dejado de pisarlas; la paradoja del barco de Teseo aplicada a mi pueblo.

Algunas, afortunadamente, conservan el nombre y los apellidos, otras hasta parecen cambiar a género fluido o no binario y esas cosas que sigo sin entender. Se disfrazan de calles  semipeatonales;  con aceras anchas o sin aceras; zonas azul, verde o roja; bancos arcoíris; con pasos accesibles; con recomendaciones de mirar antes de cruzar.

En el Paseo de la Estación he dejado colillas, pipas y  palabras subiendo y bajando con mis amigos: Paco, Juan Ángel, Juan Antonio ...

Desde  el monolito a los caídos en la guerra del Rif  hasta la  Fonda Oriental de mis abuelos.

Ese paseo lo recuerdo también con sus gentes en la puerta, esperando el paso del tiempo: la familia de Gloria; unos hermanos muy altos y desgarbado; el practicante y familia; los Jotita en la esquina; un camionero con su hijo salesiano; al otro lado, un extraño profesor de guitarra y su mujer médium; creo que un almacén de mármoles y al cruzar una carpintería "San José obrero" y la vivienda de los Ratillas.

Las casas siguen cayendo y creciendo, cambiando y,  dudo sobre si la verdad de la vida fue aquella de hace 50 años o es esta. 

En ocasiones echo en falta las casas de adobe y los paseos, y a mi padre (ayer también conté un dicho suyo) y a mis primos, a la familia de antes; como si a la vida de hoy le hubiesen cambiado el nombre y cada vela.


todos los santos,

claveles y rosas con olor

a recuerdo




miércoles, 23 de octubre de 2024

Cesáreo


 

El once de agosto fuimos a Higueruela a despedirnos. Muchos amigos y su familia,  le dieron su adiós cuatro meses antes, en el derrumbe inicial. Nos lo contó su hermano de leche a la sombra entreverada  del tanatorio y de una bodega. 

La sensación es siempre compleja: queda un dolor íntimo a uno mismo;  una pena no compartida, recuerdos de unos momentos que,  tras su muerte, se acercan más al olvido; como un vino descorchado y que se conmueve y evapora al oxidarse.

Coincidimos laboralmente en nuestro primer destino en Seguridad Social con Puche, Rovira, Tere..., días de juventud, tinta y risas y de buenos compañeros.

Una tarde, que se prolongó en debates y filosofía, me regaló ese precioso estudio de un  trepador azul y una comadreja. Lo tengo colgado en la habitación dónde sigo aprendiendo a deletrear. 

Por detrás la dedicatoria firmada a lápiz: Para mi amigo José Ángel, con afecto. 10-12-2013


en agosto

antes de tiempo

se envera la pámpana



Es una deuda; 

Para mi amigo Cesáreo, con muchísimo cariño. 23/10/2024









martes, 22 de octubre de 2024

Girasol



 En primer plano, encima de una tapa de "Aguas del Ayuntamiento de Albacete", un pequeño girasol cansado, envuelto en un celofán inmaculado; al fondo, la cabeza entre las piernas, con empaque de joven, alguien duerme o llora.

Es temprano para quien el viernes despidió a la luna. Nos cruzamos madrugados con trasnochadores; ellos llevan en la cara los reflejos de la noche y se esfuerzan tímidamente en confundirse entre bolsas rebosantes y zapatillas de caminar.


Imagino que alguien tiró al suelo el girasol y el joven, a los pocos pasos, desfalleció  como si él también fuera otoño; aprendiendo a perder y recobrando la dignidad de la derrota; maldiciendo el momento en que compró flores cultivadas en la barra de un bar.


un sábado de otoño, 

la flor de la despedida

espera en el suelo

domingo, 16 de junio de 2024

Falta de tinta




En mi trabajo, el último viernes, una señora cuando presenta su jubilación. 

- No entiendo bien su nombre.

-Antinia

- ¿Antonia? - Le repregunto. No sé si es que la señora posee un déficit fonético o son mis oídos los que escuchan italianizantes.

- No, es Antinia. - Me lo confirma la señora sin extrañeza. Han debido presentarle esta misma duda durante toda su vida.

- Vaya nombre curioso - le respondo con el ánimo de que me cuente algo más, pero ella se limita a sonreír.

Mientras tecleo, no aguanto la curiosidad y me paro a preguntarle directamente por el origen de ese nombre.

- La falta de tinta - me contesta lacónicamente - y tomando aire me explica.

- Cuando inscribieron mi nacimiento, al funcionario del juzgado no le escribía bien el bolígrafo, se le estaba terminando la tinta y dejó la o como una i. Así de sencillo es el origen. 

- Es un nombre sonoro y, desde luego, original.

- A mi nieta le han  puesto Antinia.

- Hasta otro día Antinía

- Adiós, Josí.

domingo, 26 de mayo de 2024

Me han dicho IV

 


Aunque entonces Isa, para mi asombro se levanta de la mesa, se aleja de la gente y me dice. 

- No quería hablar delante de estos, que son unos cotillas. Pero, José, ¿tú no sabes que en tu tienda hay dos que son pareja? Bueno, o han sido, y no lo digo porque alguien haya muerto, que Dios no lo quiera. 

- Pues la verdad es que no sé nada, Isa. ¿Estás segura?

- Eso quien me lo ha contado es de fiar. Me han dicho que los veían siempre juntos, y que había miraditas picaronas entre ellos. Incluso muchas veces con descaro. Pero todo a escondidas. Al parecer se iban a una casa vieja, propiedad de Lázaro. 

Sin tomar respiración, continúa. - Vaya, se me ha escapado lo de Lázaro. 

- Pero quién iba a ser si no, estamos hablando de su muerte.

- ¿Su muerte? ¿También lo han matado?

 - No, perdona, quería decir eso, su asesinato. Su presunto asesinato.-(Ahora no me van a pillar, je, je, je).

 Isa, - en efecto era Isa- se sale a la calle a echar un cigarro y llama por teléfono; la veo colgar y volver a llamar a otro sitio.

 Me vuelvo a sentar mientras el resto está pensando en posibilidades, cuando mi móvil vuelve a sonar y al ver quién es me pongo nuevamente pálido. 

- ¿Quién te llama?, me preguntan todos

- La guardia civil - respondo -

- Bueno, tiene que ser, porque aquí me sale Nachete, vamos, Lázaro.

- Contesta, me apremia  mi hija.

. Sí, dígame. - apenas si me sale la voz del cuerpo. - Carraspeo y vuelvo a responder.

- Oye, José Ángel, si te cuento lo que me han dicho no te vas a creer.

- No, seguramente no. Dime. - le respondo con un hilo de voz.

Les digo a todos abriendo la boca mucho para que se entienda lo que vocalizo aunque sin voz. ¡Es NACHO!

- Pues que estaba muerto, que me había matado, no saben quién.  Pero en Faccebock ya estaban dando pésames, incluso han llegado a llamar a mis padres a preguntarles. Menudo susto se han llevado los pobres. Y, por otro lado, me dicen que yo he matado a alguien. 

En fin, estoy  con una mala leche. Llamando a todo el mundo que conozco para que sepan que ni he matado a nadie ni estoy muerto.

¿Tú no sabrás cómo se ha podido originar este bulo? Porque si pillo a la persona que ha originado esto lo ahogo. 


No puedo evitar pensar que al final sí que va a ser un asesino. Y yo solo sonrío con la tontuna.

- Ni idea, lo primero que oigo, le respondo vocalizando lo mejor que puedo. Estoy aquí en Albacete, tomando unas copas tranquilamente con mi hija, mi mujer y  unos tranquilos amigos.¡Desde luego, cómo es la gente! No tienen que hacer nada más importante y se inventa cada cosa. ¿Cómo se podrán crear estos rumores?

-Yo le diré a quien conozca que te encuentras bien y sin problemas. Lo que esté en mi mano, ya sabes. Hasta el lunes, Nachete.

El resto de compañeros me miran diciendo que vaya cara más dura que tengo y yo me encojo de hombros queriendo decir - qué voy a hacer -.

- ¿Desde cuándo me dices tú, Nachete?


           FIN


Y, como siempre, cualquier parecido con la realidad se debe a falta de imaginación.



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