sábado, 25 de mayo de 2024

Me han dicho II

 


El texto fue:  "Perdona que te moleste. Pero me han dicho que un tal Lázaro  ha asesinado a alguien. Sabes tú algo?".

La primera marca del wasap salió, también la segunda, pero no leía el mensaje, no se ponía en verde.

Envíaselo a otro, me comentaron mis impacientes compañeros de copas.  A Pedro le escribí:  Un tal Lázaro ha matado a alguien en La Roda; sabes tú algo?

Rápidamente me dijeron que no diera por cierto que Lázaro había matado a alguien, que pusiera como en la tele "presunto". Pero mira, mientras que me lo reprochaban al unísono como un coro desafinado,  los dos tics de wasap tomaron color.

Y Pedro me contestó que no sabía nada, que se lo preguntaba a su mujer. Enseguida me respondía.  Tampoco sabe nada. Lo consultará a su hermana y lo preguntará en el Faceebock  de "Cosas de La Roda".

Pedro me pidió detalles sobre el muerto, dónde o por qué,  que no podía proporcionarle.

Míguel nos puso otra ronda: dos gin tónic flojitos de Tanqueray, un ron Habana con Fanta de limón, una cerveza Maestra y un Jameson con hielo. 

¿Por qué no le preguntas a la abuela? Me dijo mi hija y le recordaron: -  porque le va a notar la lengua de trapo. Se rieron a mi costa. 

- Llámala tú. Vale.

- Hola, abu, soy Carmen, ¿sabes algo de un hombre mayor que han matado en La Roda? Un tal Lázaro.

Le hicimos gestos como si estuviéramos locos y mudos. Le decíamos abriendo mucho la boca, qué no, qué Lázaro no es el muerto, qué es el asesino.

- Hola, Carmen. No sé nada. Como no salgo, yo no me entero de nada. Pero espera que le pregunte a Edelmira que está aquí.

- Edel, sabes algo de un asesinato de Lázaro.- se lo dijo con volumen suficiente para que no hiciera falta el manos libres. 

- No sé nada. Espera que pregunte a mi vecina. 

Y en apenas en un minuto, mientras abuela y nieta hablaban de salud y ánimo, contestó Edelmira.

- Oye, Pepita, que sí, que Lázaro ha aparecido muerto con tres puñaladas. Me han dicho que una vecina suya escuchó muchos golpes en el piso de arriba y avisó a la guardia civil y por lo visto lo encontraron ensangrentado en el sillón, con un cuchillo jamonero clavado en el costado derecho, con toda la camisa de cuadros llena de sangre y  con la tele encendida mientras emitían el Pasapalabra. 

- Vaya, pobre hombre. ¿Ese Lázaro es el compañero de tu padre?

Al colgar mi hija, nos dice que sí, que le han dicho que han matado a Lázaro y todo lo demás datos que parecían sacados del atestado de la guardia civil.

-  ¿Pero no era Lázaro quien había matado a alguien?- preguntamos el resto mientras nos aclaramos la garganta con un trago.

No sé qué me aturde  más si que Lázaro sea un asesino en fuga o un cadáver ensangrentado. Mis piernas botan nerviosas, la confusión de noticias y el alcohol en vena no permite asumir aún como cierto lo que vamos conociendo.

Mientras seguimos cavilando sin disimulo de argumentos- sobre todo Jota, que como es un poco sordo, habla muy alto - yo saludo a Isabel, una antigua amiga del Instituto sentada en una mesa cercana y que mira con  descaro la conversación alborotada  que nos traemos.

 Olivia, a quien todo el mundo conoce por Oli por su tienda:" Encurtidos y aceitunas Oli"   Pues eso,  que me voy de una cosa a otra, Oli dijo que si no le había dicho la vecina también quién había ganado el rosco de Pasapalabra.

Risas comunales  durante un buen rato  y luego trago, no vaya a ser que nos espabilemos.

Llanos ahora desconfía de lo que oí al principio, y no me extraña, tengo fama merecida de despiste. - Seguro que oíste que Lázaro mató a alguien.

Se me pone cara de sospechoso.  - No sé, yo juraría que es lo que he oído. 

- ¿Pero estás seguro? - Llanos habría valido como interrogadora, se le pone cara de Gestapo cuando la situación se tensa. 

- Pues, ya te digo - titubeo -. Igual han dicho que lo han asesinado. De todas formas que importa lo que haya oído. Lo importante es saber qué ha sucedido. - Parece que Llanos se conformaba con esa respuesta (y apaga el flexo que me enchufaba a la cara).

Cuando estaba escribiéndole un wasap a mi compañero Ignacio Lázaro, me dijo Carmen que tanto  si está muerto por asesinato o es el asesino, posiblemente la policía me interrogue si ve los wasaps del móvil  y pase un mal rato contando todas las tonterías de la noche. Borré con mucho cuidado todo lo escrito y, con algo de aprensión, dejé el móvil sobre la mesa.

- Hay un supuesto en el que las dos versiones pueden ser ciertas, espetó Juan. Estaba acariciando la copa de su tercer gin-tonic. Y lo miramos con cara de "no me lo puedo creer". Con tranquilidad y antes de dar un trago,  incluso haciendo algo de eco sus palabras con la copa dijo que serían verdad si se hubiera suicidado: asesino y asesinado.

- Creo que todos le dijimos, nuevamente con escándalo, que eso no podía ser. 

Recojo el móvil para guardármelo y le echo, sin poderlo evitar, un vistazo. Tengo un wasap de Vicente. Que solamente dice: llámame cuando puedas.

 Lo anuncio.- Me dice Vicente que lo llame. Busco su teléfono mientras todos están esperando mi llamada. 

- Hola, Jose; te habrás enterado.

- Sí, me termino de enterar de que Ignacio ha aparecido muerto.

- ¡Qué dices! Pobre. ¿Cómo ha sido? ¿Se ha suicidado? No ha podido soportar que el pueblo se haya enterado de lo suyo. Y menos su familia, con lo carca que es.

- ¿Pero qué me estás contando? ¿Qué iban a saber?

Escucho un llanto entrecortado  y unas palabras murmuradas (¡pobre Nachete!)  que no terminan de salir y no termino de reconocer, y se  quedan colgadas. 

- ¿Qué te ha dicho? Me preguntan intrigados.

- Pues nada, en cuanto le he contado lo de que Ignacio estaba muerto se ha puesto a llorar y ha colgado.

- No te ha dicho nada. 

- Bueno, sí, que no habrá podido soportar que la gente se enterara de lo suyo.

- ¿Y qué es lo suyo? 

- ¿Es que es maricón?, preguntó Jota sin recato. Oli le recriminó con la mirada y diciendo su nombre en seco.

- ¡Joder, Jota!

- Joder, sabes que no tengo nada en su contra, y que tengo amigos maricones.

 Oli, seguía amenazando. 

- Vale, perdón, homosexual. - se excusó Juan.

- Pues no sé. Contesté. Fíjate, que siempre pensé que Vicente sí que lo era, es algo amanerado. ¿Verdad Llanos?

- Algo no, bastante. Vamos, ese es homosexual, seguro. Menuda pluma. 

Volvió a sonar el teléfono. - Dime, Vicente. 

-  Oye, eso que me has dicho. Aclárame. 

Le cuento como puedo la historia, que intento resumirla bastante.

- Lo he oído en un bar, que había un muerto en él y luego le he preguntado a  una amiga de mi madre que me ha dicho que Ignacio estaba muerto. Pero hasta que no lo veas no lo creas. Vamos, quiero decir que habrá que comprobarlo. Vamos, comprobarlo, no - apuro el tercer whisky para buscar las palabras - que habrá que asegurarse bien de la información. Que la gente es muy mala y les gusta enredar. 

Mis compañeros de mesa me miran diciendo... No se te ha entendido nada. Y llevan razón.

- Voy a llamar a Nachete, responde Vicente.

¡Le ha vuelto a decir Nachete!

- Vale, dime algo por favor.

- Oye, le digo - aún  no ha colgado - igual si está muerto por asesinato y le telefoneas, te llama la guardia civil y te pregunta por qué lo has llamado y te condenan. (Todos los de mi mesa se tiene que levantar a reírse, lejos para que no se oigan la risa por el teléfono). Condenen, no, quiero decir, que igual y te interrogan. Pero haz lo que quieras. Bueno, un beso cariño.

- ¿Te has despedido de tu compañero con un beso, cariño?

- Me he puesto nervioso, joer. - ¡Miguel, ponme una cerveza, por favor! 


Seguirá ....



3 comentarios: