viernes, 15 de noviembre de 2019



playa en calma,
en la estela de la luna
orina el borracho














Seleccionado como mejor haiku feísta en el "Concurso de haikus  Senda del Sur"

domingo, 3 de noviembre de 2019

Haibun - Navaja






En Albacete,
cada navaja cuenta
una historia





Alguna feria, comprando una navaja, hacía mía la poesía de Carbonell. Una navidad, para ir más allá del poema, le regalé una de cachas blancas, novilunar, a mi padre.

Y al paso de algunos septiembres pretendía recuperarla para recordar. Varias manos de mujer dieron vuelta a los bolsillos de las americanas y a cajones repletos de tiempo y de cartillas taladradas; no apareció. Mi padre debió dejarla en legado al olvido.

En otra navidad, a mi hijo, le entregué una de hoja labrada y también de asta blanca.

Mi padre la utilizaba mucho; recuerdo que en un restaurante que pusieron bonitos cuchillos - pero con filo de cartón - sacó su navaja del bolsillo y dividió cuidadosamente el filete. Aunque le regañamos, bajo y despacio, por la falta de finura, después nos la fue pasando, entre risas y sonrojos, a los demás comensales.

Mi hijo me dice que aún no ha encontrado el momento de usarla, aún sigue guardada en su caja de gala. Ya llegará su historia.

A mí me tocó en un  cumpleaños. Cuando me la regalaron me advirtieron con insistencia de su buen filo. Ensayé con tiento en una manzana roja. ¡No era para tanto!

La siguiente prueba fue en el campo.  Panceta a la parrilla apoyada en el pan tostado y sin sentarme,  con buen apetito y apretando en el recazo de la navaja corté de forma limpia la panceta...el pan... y algo mollar de mi índice.

Tres puntos me otorgaron en urgencia. Cuando me lo rozo aún noto un hormigueo acerado.

chillan los vencejos,
en la mesa, entreabierta,
la navaja






Finalista en el II Concurso Internacional de haibun en castellano,  "Albacete, ciudad de la cuchillería".