martes, 16 de octubre de 2012
Uno, dos, tres ...
si no pienso me pongo a contar
cuatro, cinco, seis...
y sin motivo alguno vuelvo al uno,
tal vez para marcar el ritmo
pie izquierdo, pie derecho, bastón,
miro al cielo
mientras respiro
busco en el horizonte
los cruces
las cruces
bordones y sombras,
luego, más cerca
menos cielo
intento reconocer las hojas
del roble
del acebo
de las hayas
ahora también las de boj
y sigo, como todos
pero cada uno con su idioma
con un paso entre flechas amarillas
y caracoles verdes
y algunas que otra mariposa
por cierto,
¿dónde duermen las mariposas?.
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Hermosísimo poema
ResponderEliminarGracias por compartilo José Angel, un placer leerte, como siempre
Un abrazo
Me animan tus comentarios generosos. Gracias Xaro La.
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