domingo, 6 de abril de 2014

Arroz con leche



Es tradición, el domingo, la mesa en casa de mis padres se llena de variedad de pequeños platos deliciosos. Ahora solo voy a recordar  el postre: tarta de chocolate, croisanes de chocolate y originales bolitas de plátano y chocolate (aportación de mi hija), arroz con leche de mi madre.

- Madre, ¿cómo es la receta del arroz con leche?. Dímelo con medidas que voy a intentar prepararlo.
- Muy fácil. Te lo digo con medidas, para que te apañes.
- ¡No te va a salir igual! - apostilla mi hermana Carmen con rapidez.
- Apunta. El arroz de una taza de café lo pones en agua y le añades...
- ¿Una taza de café cómo de grande?- le interrumpo enseguida.
- Normal. Una taza normal.
- ¿Pero grande?
Se levanta con paciencia apoyando la mano en la mesa camilla, va a la cocina y vuelve con una taza.
- Cómo esta.
- Vale.
- Se pone en agua con una pizca de sal.
- ¿Cuánto es una pizca?
- La punta de una cucharilla.
- Bien, no es necesario que te levantes a enseñarme la cucharilla.- sonreímos -
- Se tiene unas dos horas en agua y después se tira el agua. Pero si queda una poca tampoco pasa nada.
- Espera que lo apunte todo.
- Cuatro tazas de leche fría, una corteza de limón y cuatro cucharadas de azúcar.
- ¿Cómo la tazas?, ¿cómo las cucharas?
 Mira la taza que ha traído y entiendo la medida.
- Las cucharas soperas. Tú, qué esté dulcecico.
- ¿Dulcecico? ¿Eso es una medida?- intento reprocharle, pero mi pequeña pulla pasa desapercibida, mi madre sigue.
- Se pone a fuego lento y que no se pase el arroz.
- ¿Cuánto tiempo?
- No te va a salir igual - murmura mi hermana -
- Qué no se pase. ¡Qué te voy a decir! Diez o doce minutos.
- Agradezco una medida convencional. - Le da igual mi comentario, sigue.
- En la cuarta taza de leche se le añade una yema, que se cuela, se echa sobre el arroz que ya está fuera del fuego. Se pone otra vez a fuego lento y cuando ves que está trabado  ya está.
¿A qué es sencilla?. Ah, y si te sale un poco seca le añades leche. La que admita.

 -¿ La que admita? La miro fijamente. No se si atisbo alguna picardía en sus pequeños ojos.

- No te va a salir igual. - repite mi hermana con seguridad -

A ella también la miro. Y lo sé, sé que no me va a salir igual. Y si algún valiente que lea esta receta la prepara le diré.... en efecto, eso  es... - ¡No te va a salir igual!


p.d. Se me olvida. Si la preferís  con canela se le añade al final. ¿cuánta?, depende, puede ser al gusto o la que admita.  :)





4 comentarios:

  1. Por no decir genial, diré precioso, tierno, divertido… poeta.
    ( Y no me dejo llevar por la pasión)

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    1. Gracias, hermana guapa, lista, simpática, estupenda, generosa, ingeniosa, maravillosa. :)

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  2. Una cosa tengo clara: Seguro que no te saldrá o salió igual...

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    1. Ayer lo hice, me ha salido bueno, pero no igual.
      Saludos, Antonio

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