domingo, 4 de mayo de 2014



Estoy sano, esta temprana mañana de domingo no me duele nada, ayer tampoco. Anduve un par de horas a buen ritmo entre la tierra seca del verano, los almendros sin flor y las amapolas - con sus pétalos toreros - . Mi salud es la ausencia,  ausencia de quejas murmuradas y silencios serios, de rastros de espinas en la voz, de toxinas en la digestión y pañuelos en los bolsillos.
Estoy feliz, sí, feliz. Me duermo a la primera vuelta de almohada y me despierto fácil, mirando  las arrugas de un espejo alquilado. He aprendido a asumir la libertad de los demás, su destino, la distancia..
Estoy sano, ¡bueno!, tal vez me sobre algún kilo.
Estoy feliz, aunque tal vez me falte algún beso.

2 comentarios:

  1. Me gusta y me alegra lo que escribes- porque sé que escribes lo que sientes-.
    Aunque te falte algún beso y te sobre algún kilo.

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  2. Es cierto, disimulo poco, no puedo, no me sale otra cosa. Gracias hermanica.

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