Fui a ver una exposición de pintura en el viejo ayuntamiento: Bosquianos.
13 artistas sin supersticiones presentan sus obras inspiradas en los cuadros de El Bosco: desde los originales libros de artistas de Pepe Cortijo; al estilo collage, divertido y actual, de Ramón Torres; la fotografía profunda de Clara Lozano y así uno tras otro en estilo variados buscando las figuras surrealistas y, los demonios y los cielos en un comic con sabor a café.
Y, tal vez, inmerso en ese mundo, le doy vueltas desde ayer a una figura de Ramón Torres que podría sugerir - mirada desde el sur - una calavera de una especie animal que está por venir.
Este tipo de madera es básicamente ingrávida y etérea, a pesar de su apariencia amartillada y oscura, se asemeja más al corcho de un vino marinero que al roble de un navío español. Es posible que la singladura le arrebate y vacíe las moléculas que le dan el peso y solamente quede la tensión superficial para aparentar una forma modelada por peces y espuma.
madera a la deriva,
un cráneo del futuro
tallado por las olas
(ufff, un haiku surrealista)
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