El Parque Lineal está cercano y fácil.
Este invierno me cuesta el frío, me entra más en la piel, como si se estuviera llenando de poros.
Me abrigo con más tesón y abundancia: camiseta, camisa, chaleco, tres cuartos y gorra de piel vegana. Los pies caminan más frescos.
Observo la máquina de tren varada y como el tiempo mueve los columpios.
Paseo o ando, entre otoñados árboles y gente que corre o se queda. Conozco más a los árboles y miro a la gente: los que van y vienen; los que empujan sillas de ruedas o sillitas de bebe; los que hacen gimnasia en los aparatos. Dos niños juegan al escondite.
Año nuevo,
en el columpio del parque
se mece la madre