En medio de la penumbra, esperando la alarma del teléfono para comenzar la rutina del amanecer, oigo unos golpeteos líquidos, tan habituales de este mes de marzo. Miro por la ventana, las farolas alumbran la calle lenta, ... y fuera se ve la lluvia, aposentada ...
"... y fuera se veía la lluvia, aposentada, cómoda, tan sostenida y fuerte que parecía iluminar ella sola la noche con sus hileras continuas como varas flexibles metálicas o como lanzas interminables, era como si se excluyera el raso y descartara todo otro tiempo futuro en el cielo y no permitiera ni concebir su ausencia..."
Tu rostro mañana. 3 Veneno y sombra y adiós; de Javier Marías
Mientras me tomo el café con canela, insiste un tamborileo sobre la claraboya de la habitación contigua a la cocina; otra borrasca y nuevas aguas que se acercan y rodean el clima y el tiempo.
Por aquí está lloviendo bien, el agua cae despacio y la tierra aguanta sin rebosar. Paseo con la soledad silenciosa del galicinio con un cuerpo deshabitado, imaginario.
Solo en algunos momentos la lluvia, gime, parece enfadada y bronca y gris, con gotas largas..
"... gotas largas,
romo alfileres líquidos,
brillan al primer sol de la mañana.
La lluvia que ha mojado tus cabellos
no ha mojado tu cuerpo ni tu cara"
La lluvia, de Ángel González
cielo raso,
en el alcorque del tilo
flotan las hojas