viernes, 21 de marzo de 2025

Lluvia

 

En medio de la penumbra, esperando la alarma del teléfono para comenzar la rutina del amanecer, oigo unos golpeteos líquidos, tan habituales de este mes de marzo. Miro por la ventana, las farolas alumbran la calle lenta, ... y fuera se ve  la lluvia, aposentada ...

"... y fuera se veía la lluvia, aposentada, cómoda, tan sostenida y fuerte que parecía iluminar ella sola la noche con sus hileras continuas como varas flexibles metálicas o como lanzas interminables, era como si se excluyera el raso y descartara todo otro tiempo futuro en el cielo y no permitiera ni concebir su ausencia..."

Tu rostro mañana. 3 Veneno y sombra y adiós;  de Javier Marías


Mientras me tomo el café con canela, insiste un tamborileo sobre la claraboya de la habitación contigua a la cocina; otra borrasca y nuevas aguas que se acercan y rodean el clima y el tiempo.

Por aquí está lloviendo bien, el agua cae despacio y la tierra aguanta sin rebosar. Paseo con la soledad silenciosa del galicinio con un cuerpo deshabitado, imaginario.

Solo en algunos momentos la lluvia, gime, parece enfadada y bronca y gris, con gotas largas..


"... gotas largas,

romo alfileres líquidos,

brillan al primer sol de la mañana.

La lluvia que ha mojado tus cabellos

no ha mojado tu cuerpo ni tu cara"

                                                       La lluvia, de Ángel González



cielo raso,

en el alcorque del tilo

flotan las hojas





jueves, 6 de marzo de 2025

Una primavera con haikus en Herso



Solamente es publicidad :) 

Por si os apetece compartir con Cari y conmigo un ratico hablando y leyendo haibunes y haikus.
 

martes, 18 de febrero de 2025

La vida es una engañifa

 

Eso me dijo PM hace una semana. Movía inquieta la pierna derecha - siempre ha sido un poco nerviosa - constantemente se repeinaba con la mano el flequillo y hablaba.

PM venía para informarse de la jubilación; es amiga mía, al menos lo fue en época del bachiller, y hay cariños, o afectos, que se quedan a pesar del tiempo o del olvido. 

El olvido es consecuencia de los distintos bares que frecuentes.

Cuando lo espetó me recordó al poema del Gil de Biedma:"Que la vida iba en serio/uno lo empieza a comprender más tarde ..." El éxito de este poema no es su revelación, es el eco de un conocimiento atávico. 

Pues eso, soltar la frase "la vida es una engañifa" arrastraba tristeza; puede ser solamente un quebranto de hoy, como si hubiera sufrido un chasco; puede ser una reflexión, como el poema de Gil de Biedma, entonces es un desengaño, un sentimiento más profundo y oscuro.

La vida se borra, no somos capaces de recordar - volver a pasar por el corazón - todos los segundos; cada sueño; cada comida; cada malestar; cada ilusión; el aburrimiento; el dolor... todo. La memoria es limitada, y parece que la vida solo fue lo que alcanza la memoria. En el olvido también existe vida.

Quizás, nos parezca nuestra biografía según nos encontremos hoy, en este instante, ahora, ya.

PM se tiene que jubilar dos años más tarde de lo que pensaba. Para ella la vida es una engañifa.


apenas llueve,

vuelve a brotar la higuera

en el muro




sábado, 1 de febrero de 2025

Mandarina boticaria

 



después de andar

dos mandarinas, 

¡las dos boticarias!




Lo admitido son cinco sabores:  dulce, salado, ácido, amargo y umami. Vale. Pero en esta tierra y la cercana, solamente a las mandarinas y a las naranjas, cuando no son ni dulces, ni tampoco agrias, quizá con cierto recuerdo a algún jarabe (¿frenadol?)se las llama boticaria. No creo que se utilice para ninguna otra fruta, ni para alimento alguno.

No viene recogido en la RAE, ni en María Moliner, ni en el Tesoro de los diccionarios históricos en legua español. 

No localizo mi ejemplar de "El Habla popular de La Roda de La Mancha"; solamente la encuentro en un diccionario munerense.

A quien  le apetezca que deje un comentario sobre esta palabra.




sábado, 25 de enero de 2025


Tengo algunos clientes que prefieren que les atienda yo en lugar de mis estupendos compañeros; el motivo es claro: ya he visto sus lágrimas y cuitas en alguna ocasión y han roto el pudor de la confesión y la desgracia.

D., es de Albacete, la primera vez se  desplazó a La Roda por premura, me dijo que volvería siempre allí, y en efecto, este jueves volvió.

D. es alto, más de 120 kg (me lo dijo) y llena la puerta, algo de barba rasposa, cara de penitente, sonríe con tristeza, con gafas algo desequilibradas,  padre de una niña pequeña y viudo constante.

La vida se le ha desordenado desde que falleció su mujer, arrastra desánimo y pena sin mesura. Quiere retirarse de la vida, a una pequeña pedanía sin calles ni cables. Pero no puede, debe educar y no se atreve en medio del destierro.

Me cuenta que su madre murió siendo él joven; el año pasado fue su mujer, y teme la alegría por si la pena se da cuenta y ataca a su entorno de soledad. Me dice más cosas.

Agradece mis palabras de aliento - más la escucha y el entretenimiento - y se despide igual que vino, dejando un rastro de abandono que la gente percibe y aparta.


sol de invierno, 

intercambiaba la vida

a su mujer




jueves, 9 de enero de 2025

Año nuevo

El Parque Lineal está cercano y fácil.

 Este invierno me cuesta el frío, me entra más en la piel, como si se estuviera llenando de poros.

Me abrigo con más tesón y abundancia: camiseta, camisa, chaleco, tres cuartos y gorra de piel vegana. Los pies caminan más frescos.

Observo la máquina de tren varada y como el tiempo mueve los columpios.

Paseo o ando, entre otoñados árboles  y gente que corre o se queda. Conozco más a los árboles y  miro a la gente: los que van y vienen;  los que empujan sillas de ruedas o sillitas de bebe; los que hacen gimnasia en los aparatos. Dos niños juegan al escondite.


Año nuevo, 

en el columpio del parque

se mece la madre

domingo, 22 de diciembre de 2024

Sonrisa vicaria


Se llama, digamos que, María; viene con la cara seria, pero no de mal humor;  es su manera de mirar.  La raza se nota en los apellidos morenos y, levemente, en algún giro,  insinuando un aire por bulerías, que mantiene en secreto.

Habla todo el rato de usted, entre distancia y respeto; reclama sus derechos  con firmeza, pero "por favor" y agradeciendo. Su vida la detalla cerrando la puerta despacio. Dejando atrás el pasado.

Cuentan en el "Centro de la mujer" que conocen su caso, pero que no va mucho por ahí: 

 - Ella se va buscando la vida desde que vino de Madrid.

Le pregunto por la edad de sus hijas y si les gusta el colegio; se permite sonreír al pensar en ellas.

- Son mi debilidad. La pequeña es buena estudiante, quiere ser veterinario.

No dice más, hay cierta brusquedad en el silencio, se arrepiente de hablar o de la sonrisa. Y vuelve a recobrar esa cara de miedo con la que camina cada día esta Navidad.



llega la Noche Buena,

la sonrisa vicaria

de la gitana