lunes, 2 de marzo de 2015

Palabras para Julia

 
Ayer noche me tropecé en internet con el programa de "La mitad invisible" y hablaba de este famosos poema de José Agustín Goytisolo; estaban sentados como  tres versos, el presentador, la viuda y Julia.

En mis años de instituto escuché muchas veces el disco de Paco Ibáñez en el Olimpia, también fue época en la que junto con mi amigo Paco - otro Paco - con pasión revolucionaria desentonábamos una tras otra sus canciones.
Antes de leer la segunda estrofa del poema, cuando solo era una canción, antes de entender la edad de Julia,  Julia era el  nombre femenino de la gente que se empeñaba en sobrevivir, luchando, sobre todo a los que luchaban con los puños cerrados.

¿Y cómo un poema a una hija, aunque lleve cuerdas de guitarra en la rima, se convierte en un himno ?

A Julia - lo contaba en el programa - no le gustó el "aullido interminable", ni pensó nunca en "no querrás haber nacido", tardo diez años desde la muerte de su padre en aceptar ser la protagonista de esa historia, en poder firmar autógrafos de otros recuerdos, en sonreír al cerrar la última estrofa.



Ayer volví a leer el poema de otra manera, buscando, buscaba arrullos,  caricias y besos de buenas noches, pero no los encontré, tampoco enfados con silencios, tampoco, es una poesía  con claves para vivir. Pero lo que  si hallé fue la humildad conmovida  cuando le dice a su niña: Perdóname no sé decirte/ nada más pero tú comprende/que yo aún estoy en el camino.



Y también lo entiendo cuando se deshace de la humildad en los siguientes versos



Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
 pensando en ti como ahora pienso.





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