La vida cambia la vida.
Los abrazos que parecían caídos
vuelven
los apretados besos
buscan otra vez tus mejillas
sin argumento
y las confidencias vencidas
que sonrojan tu juventud
tachan insomnios pasionales de aquella madrugada.
Ahora, cada tarde compartimos
- a eso de las ocho -
soplos de lluvia verde
con pasos lentos de esperanza.
Me gusta lo que dices, me gusta mucho más como lo dices y me encanta a quien se lo dices.
ResponderEliminar¡Eres un poeta!
ResponderEliminar¡Gracias, muchas gracias, dos besos!
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