jueves, 22 de junio de 2017



Oigo el amanecer.
Leo a Muñoz Molina, habla sobre noches largas en las calles del Albaicín en la que un gitano atezado, con tipo de arponero, le dice: "No sé si eres un infiltrado del Ayuntamiento en los bajos fondos o un infiltrado de los bajos fondos en el Ayuntamiento". Este capítulo viene con notas de jazz y flamenco.

He abierto la puerta de la terraza para refrescar la lectura, el balcón se asoma a una plaza sin nombre de plaza; la forman un cruce de calles peatonales y una isla de césped con dos lilos. En ese rato escucho, entre el piar del alba, el sonido rascado de una guitarra y un cante arrastrado que la acompaña. No sé muy bien de dónde viene; si del piso de arriba o de la calle. Presto atención para ganar un mejor juicio sobre la música: suena cansada, más a noche,  con una armonía acorde a estas horas que terminan.

Tal vez sea algún vecino infiltrado.

se acerca San Juan,
frescor del amanecer
y flamenco.

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