Las calles repletas de esqueletos de coches, uno encima de otro y otro, apilando la huida. El desastre de un intento vano de escapar a la naturaleza espontánea del río. Llegó el torrente donde no hubo lluvia, un golpe sin puño o un puño sin brazo, solo sintiendo sin entender, un momento amarronado y fluido.
¿Dónde está la luz del agua?
Las calles repletas de cadáveres de madera y lana. Ahí van, lo que fue la silla del comedor, la manta que cubre las piernas, el colchón de las pesadillas ... Todo sobre la tierra líquida y coloidal.
¿Dónde caen la sombras de los árboles?
Las calles nocturnas, afantasmadas con ausencias perpetuas y sollozos ahogados.
¿Dónde se esconde la despedida?
calles desoladas,
barren las escobas
la tormenta de octubre
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