martes, 10 de noviembre de 2020

Hojas de tilo

 




En el paseo de la estación aún se siente la humedad de la tormenta que cayó  hace unos días, a pesar de que apenas si queda tierra visible, solamente en los alcorques que delimitan a los tilos y aligustres. 

Las hojas se encuentran en su transición marchita, fluyendo del verde al seco marrón. Entre estos dos colores, como principio y fin, se encuentran el ocre y el dorado.  Es un dorado que refleja el sol y lo convierte en algo más específico, pasa de estar esparcido en el aire a ser un rayo definido, que apunta, que acota su infinito:  de ser una nube a ser gota.

En ese atardecer camino, apenas son las cinco menos algo - hoy  me he quedado dormido en el sillón de mi padre - ando dirección  oeste y debo bajar la mirada.

relumbran 

las hojas de los tilos,

hacia el poniente

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